viernes, 30 de noviembre de 2012

La mejor mamá del mundo





Una noche hace ya varios años, entre sueños escuchaba a mi padre tratando de despertarme, quería que me despertara y lo acompañara a su recamara para ver a mi mamá, yo estaba medio dormido y no entendía bien el por qué pero hice caso y lo acompañe. Cuando llegamos a su recamara, escuche a mi mamá llorando pero seguía sin entender bien la situación, escuche que mi papá dijo: aquí está Adrián; después me recosté con ella y le dije: ¿qué paso ma?; sin abrir los ojos ni dejar de llorar, se volteo y me abrazó, me apretó muy fuerte contra ella, me acariciaba el cabello y de cuando en cuando me soltaba y volvía a apretar.

Después supe que mi madre había soñando que me moría, no sé cómo o por qué, pero ella tenía uno de esos sueños que parecen reales y aunque mi padre le decía que era sólo eso, un sueño, ella no le creía así es que mi papá fue por mi para tranquilizarla. Nunca había visto a mi madre sufriendo y llorando como esa vez y no lo he vuelto a ver, cosa que agradezco infinitamente, pero esa experiencia me hizo cambiar un poco con ella, de repente llegaba y la abrazaba sin razón o le hacía bolita en su cama, o en conjunto con mis hermanos le hacíamos abrazo grupal y cosas de ese estilo.

Mi madre tuvo que aguantar muchas tonterías que hice cuando niño, por ejemplo, una vez saliendo de la primaria, me fui a casa de uno de mis amigos sin avisarle, no imagino por lo que pasó al no verme llegar. Cuando llegué a la casa, ella estaba muy alterada y con toda la razón del mundo, ahora la entiendo, así es que no hay resentimientos por la “chinga” (su palabra favorita) que me dio. Otra vez, estábamos en la feria o algún lugar así cerca de la casa y yo me perdí (es lo que me dicen) mi papá no le quería decir nada pero ya saben ustedes como son las mamás, se enteró de todo y pasó otro susto, por suerte, llegue a la casa o me encontraron rápido y todo salió bien. 

Ella es experta en curaciones, una vez me raspe muy feo la rodilla jugando con una avalancha, por si hay algún inadaptado que no sabe lo que es una avalancha, es una tabla como lo doble de ancha de una patineta con volante y freno de mano, el chiste es que llegue a casa y mi madre con todo el amor del mundo, me lavó la herida con la mitad de un limón…

Cuando me rompí la pierna, estuvo conmigo todo el tiempo, fue ella quien me ayudó a disfrazarme de momia en silla de ruedas y me llevaba a la escuela, ella estaba ahí cuando por fin me quitaron el yeso y vio mi piernita sin fuerzas y me ayudo con los ejercicios de rehabilitación. Ella curo mi hepatitis, sarampión, varicela, paperas y todas y cada una de mis enfermedades, aún ahora, cuando me escucha que estoy enfermo me dice que me tome la medicina, que vaya al doctor, etc.

A ella le dolió más cuando rompí con una de mis novias que a mi, me llamó desde E. U. para preguntarme como estaba y me dijo: es que la querías mucho; así es mi madre, una mujer incansable y fuerte que, aún no se cómo, pero logró educar a 4 hijos, pasó una y otra vez por todas las travesuras que hacíamos y de algún lado sacaba fuerzas para seguir.

Hoy es el cumpleaños de esa mujer de quien les estoy hablando, así es que lo menos que puedo hacer es dedicarle estas líneas, quiero que sepa lo mucho que la amo y agradezco todos y cada uno de sus cuidados, caricias y regaños. Te amo muchísimo mami, al rato nos vemos para apachurrarte con un enorme abrazo.
 
Ah, lo olvidaba, ella también tiene un olfato súper desarrollado, puede oler un ratón en la casa a miles de kilómetros de distancia…

viernes, 16 de noviembre de 2012

La mejor lección en mi vida




Eran los inicios de los 90’s, vivíamos en Tijuana y al pequeño nanches le empezaban a gustar los súper héroes, Batman era uno de mis favoritos, aún recuerdo partes del comercial que anunciaba el primer videojuego de dicho personaje para el NES (Nintendo Entertainment System), como ustedes saben, yo desde niño tomé un gran gusto por los videojuegos así es que apenas llegó mi papá ese día de su trabajo yo empecé a rogarle que me comprara el juego.

Seré honesto con ustedes, no recuerdo a ciencia cierta los motivos que me dio mi papá para no comprarme el juego pero seguro eran muy buenos y a mi corta edad no los entendía por supuesto, así es que nanches hizo berrinche y se enojo y lloró y no recuerdo que clase de cosas más hice. Olvidé los detalles pero al final, mi padre me dijo que si quería el juego trabajara o ahorrara dinero para que yo me lo comprara, o que juntara al menos la mitad, el chiste es que él no me lo iba a comprar.

Ya les he dicho que en esos años Tijuana era una ciudad muy tranquila en donde los niños podíamos salir a la calle sin riesgo alguno, bueno, uno de mis primos era de los llamados “cerillos” de un Calimax (una tienda de autoservicio en el norte) él me dijo que ganaba como 50 o 100 pesos diarios trabajando ahí, vi una oportunidad rápida para tener dinero y así poder comprar mi juego, hablamos con mis papás y conseguí el permiso para irme con mi primo a trabajar de cerillito.

Aprendí rápido el negocio, al día ganaba entre 50 y 100 pesos, nos daban descansos para ir a comer y algo del dinero que nos habíamos ganado, lo gastaba en gansitos y cosas de la tienda, era muy divertido y a mis 11 o 12 años ya sabía lo que era ganar dinero con mi esfuerzo. Dos semanas me bastaron para juntar lo suficiente para el juego de Batman, eso fue lo que duró mi estancia en el Calimax, mi papá me llevó a comprarlo y creo que hasta me sobró un poco de dinero. 

No saben cuánto disfruté abriendo mi juego nuevo, cada centímetro de envoltura que iba rompiendo, lo puse con el mayor cuidado dentro de la consola y al escuchar la música al inicio del juego fui el niño más feliz del mundo. Disfrutaba cada minuto que jugaba y cuando lo tenía que guardar, lo hacía con el mayor cuidado, como si fuera de cristal. Recuerdo que me costó trabajo matar al joker pero cuando por fin lo maté y terminé el juego, me invadió un sentimiento mezclado de felicidad y éxito qué hizo se me salieran unas cuantas lagrimas.

No sé si la intención de mi padre era darme la mejor lección de mi vida hasta hoy, pero eso hizo, con su decisión de no comprarme el juego me enseñó a luchar por lo que quiero, aprendí el valor de las cosas y sobre todo aprendí que si hay algo que deseo mucho, sólo hay un camino a seguir para conseguirlo: trabajando porque nadie te va a regalar nada.

Batman era uno de mis súper héroes favoritos, pero el mejor de todos, el primero al que amé y el que tiene los mejores súper poderes en todo el mundo, siempre ha sido mi padre.

Gracias Rodo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El departamento del fin del mundo





La mamá del negro, compro un departamento de esos nuevos que estaban construyendo en una zona muy alejada de la ciudad: Coacalco. Nosotros decíamos que era el fin del mundo porque si te asomabas por la ventana de uno de los cuartos, no se veía nada en kilómetros, sólo terreno baldío, de broma, decíamos que para pasar de ahí, ya te pedían visa. Claro que ahora ya es una extensión de la zona metropolitana pero antes no había nada por ahí. Para llegar, teníamos que hacer un viaje de una hora y media aproximadamente, la primera vez que fuimos, teníamos que conseguir a alguien que cambiara el vidrio roto de una de las ventanas, encontramos un local y el dueño mandó a su hija con nosotros para que cambiara la ventana, o nos vio muy gueyes o su hija era una ninja asesina, ¿se imaginan mandar a su hija sola con dos extraños a un departamento?

Ya con la ventana puesta, nos sobró algo de dinero y lo primero que se nos ocurrió fue comprar algo para beber, no teníamos mucha experiencia en aquel entonces, compramos un cuartito de sauza blanco y un litro de refresco de toronja, tomamos un par de vasos y nos pusimos a beber, esa fue la primera vez que usamos el depa para echar trago.

Muchas veces regresamos a ese departamento, casi siempre el negro, mi primo y yo, y una que otra vez otro de nuestros amigos de aquel entonces, Juan. Una de esas veces, uno de nosotros (no voy a quemar a nadie) se puso tan borracho que pensaba que su novia estaba en el otro cuarto… Y no quería que hiciéramos ruido para no despertarla, como nos ganaba la risa, él se enojó y le quería pegar a otro de nosotros, lo perseguía por todo el departamento para madrearlo, le dijimos al otro que ya se hiciera el dormido para que el que le quería pegar lo dejara en paz, al final el borrachin pidió que le diéramos oportunidad de darle sólo una patada, se fue al otro extremo de la sala, “tomó vuelo” con su pie y cual toro, embistió al que se estaba haciendo el dormido. Sólo pudimos calmarlo hasta que se pegó con una alacena que estaba colgada en la cocina, ésta se cayó e hizo un ruido que llevó al guardia de seguridad al departamento y el borrachin se asustó tanto que se le bajó la borrachera.

Otra ocasión, uno de nosotros estaba sufriendo por amores o algo así, razón suficiente para ponerse borracho y torturarnos poniendo la canción de “El milagro” de los jaguares más de 20 veces en la misma noche, solo estaba ahí tratando de cantar y repitiendo la rola… Hasta la fecha, odio esa canción, ese mismo borrachin (como era de esperarse) no aguantó más y casi vomita la sala, después de pelear un poco, lo acostamos y encerramos en uno de los cuartos. En esa misma noche, otro de nosotros también se pasó de copas, se fue a dormir pero de repente despertó pidiendo una cubeta porque quería vomitar, cuando se la llevamos, dijo: ah que asco, mejor vomito en el suelo y después limpio. Así lo hizo, lo más gracioso es que se quedó dormido con la mano pegada en su vomito… Hasta hoy a esa escena le llamamos: la mona lisa.
 
Muchas historias se vivieron en ese departamento, era un refugio ideal para nosotros, varias veces fuimos a beber ahí, a hacernos más carnales, a compartir nuestras tristezas o nuestras alegrías con los carnales, aquí aplica ese dicho que dice: “Si el departamento hablara.”

De las veces que íbamos con nuestras novias, mejor ni les cuento, este blog intenta ser decente… Lo dejo a su imaginación.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Conciencia





Siempre me ha gustado manejar de noche… disfruto de todas esas luces que van apareciendo durante el recorrido, los llamados “fantasmas” que forman un conjunto de luces fenomenales en una autopista iluminándose casi mágicamente al paso de tu auto, los señalamientos que parecen brillar con luz propia y aquellas que te deslumbran por un segundo avisándote que algún conductor con problemas de visión tuvo que hacer uso de sus luces mas brillantes.

Como todos, he escuchado todas esas leyendas de carretera que son tan diferentes de un pueblo a otro, desde el señor que te pide lo lleves a su pueblo sólo para descubrir que va a su propio velorio, hasta la chica hermosa que subes esperando tener una aventura y lo que obtienes es un demonio que te hace volcar el auto con consecuencias fatales; pero siendo escéptico de toda la vida, sólo me entretengo con ellas y me imagino encontrándome con algo así durante mi trayecto.

No hay muchos autos esta noche, creo que en los últimos 5 kilómetros no he visto uno solo. Un señalamiento me advierte que una serie de curvas están por llegar, tomo mis precauciones y bajo un poco la velocidad. A mi izquierda no veo luz alguna, solo la oscuridad de la noche. De pronto empiezo a sentir que el auto se mueve de una manera errante, no es normal, o la autopista tiene muchos baches o… ¡Dios mío! me he quedado dormido, pero ¿Cómo? ¿En qué momento? no estaba cansado, no tenia sueño, sin embargo estoy consiente de que estoy dormido, trato de gritar, de moverme, de despertar… Todo esfuerzo es en vano, recuerdo a mis amigos contarme que, cuando se les sube el muerto no se pueden mover aún estando consientes, pero siempre les dije que era un desorden del sueño, que todo tenia una explicación, de pronto siento un vértigo  que solo he experimentado con mi fobia a las alturas, es tanto el miedo que logro abrir los ojos un instante antes de estrellar mi auto contra las piedras de un barranco…

Despierto de un sobresalto, estoy en el asiento trasero del auto de mis padres, siento un alivio que solo los que tienen insomnio combinado con pesadillas lo entienden, respiro profundamente durante algunos minutos, sintiéndome feliz de estar vivo, de que todo fue sólo una pesadilla, estoy a punto de gritarle a mis padres que los amo, que estoy tan feliz de estar con ellos. El auto se detiene y reconozco la penumbra del lado izquierdo, es la misma de mi pesadilla, mis padres se bajan del auto y colocan una veladora dentro de una caja de cristal para evitar que se apague con el aire de los autos al pasar, mi madre llora, mi padre la abraza y solo escucho el susurro lleno de dolor de mi madre preguntando a Dios porque le había quitado a su único hijo…