Si son hombres y están casados, juntados o en planes de,
seguramente coincidirán conmigo, a las morras nada más les das el sí y ya andan
comprando estufa, lavadora, sala etc. Si son mujeres, seguro están diciendo: “nah”
pero saben que es cierto. Las negociaciones entre la peque y yo tenían poco de haber empezado cuando ya me estaba diciendo de una venta de
fin de año que organizan en Mabe, y sí, salí de la dichosa venta con lavadora, refrigerador
y horno de microondas… Pero no me arrepiento, hasta la fecha le reconozco a la
peque su gran acierto porque hemos visto el refrigerador y lavadora más caros
hoy día que lo que nos costó hace más de 3 años.
Al principio dices “si hay que vivir juntos” y no piensas en lo que esas
palabras significan realmente pero al poco tiempo, te vas dando cuenta del
pedote en el que estás metido. Primero es un desmadre para encontrar un departamento
que, más o menos, sea de tu agrado y que esté dentro de tu presupuesto, ya que
lo encontraste, los pinches trámites para que te lo renten, me han contado casos
en los que parece te van a dar empleo de todo lo que te piden; mi caso no
fue algo tan drástico, la parte más difícil fue conseguir quién fungiera como
aval y estuviera dispuesto a prestarnos una copia de las escrituras de su casa, cosa nada fácil como se podrán imaginar, por cierto, muchas gracias a Carmelín
y Enrique (tíos de la peque) que nos hicieron ese enorme favor, nunca lo
olvidaremos.
Ya tienes el depa, ¿y ahora? Pues ahora es cuando inicia la chinga
de verdad vato. Recuerdo que saliendo de la oficina me pasaba al departamento para
pintarlo, sin más compañía que la de un viejo radio despertador (regalo de mi
mami), a eso de las 12 o 1am, me iba a casa a dormir y al día siguiente hacía lo mismo, ya
ni les cuento de subir los muebles al departamento… Al final, vale la pena el esfuerzo, el
cansancio te lo quitas con un par de chelas y un día de descanso, la satisfacción
de tener el departamento como tú quieres, te alegra los días.
Recuerdo bien el primer día que la peque y yo vivimos juntos, fue el 31 de
Marzo del 2012. Y antes de que las morras se enamoren de mí por recordar fechas
importantes, les voy a contar el truco:
Una semana antes, peque, mis tíos favoritos y yo fuimos al vive latino
(así es banda, nanches iba a esos rituales paganos) a ver a café tacva, para
los que no me conocen lo suficiente, los tacvos son uno de mis grupos
favoritos, como sea, vivimos una noche inolvidable y gracias a Google, sé la fecha exacta de aquella noche, 24 de Marzo, lo demás son simples matemáticas.
No se me olvida la cara de mi padre cuando me despedí de él para irme a
mi nuevo hogar, seguro fue un momento muy duro para él pero al mismo tiempo, sé
que estaba feliz de verme abandonar el nido (frase de chepa), te amo papá.
Hoy como hace 3 años, una nueva mudanza nos espera, ya pasamos por el
proceso de limpieza y pintura pero lo más pesado sigue pendiente, también como
entonces, la familia ha estado ahí para ayudarnos, cosa que no dejo de
agradecer.
Tampoco quería que nuestro 3er aniversario pasara inadvertido peque,
estos años a tu lado han sido enormes, como ya te lo he dicho, que seas la última
persona que veo al dormir y la primera persona que veo al despertar, se ha
convertido en parte importante de mi vida, te amo.
Si de algo les sirve, les dejo un consejo: ¡no
se muden nunca!