Cuando alguien les diga que el bullying no les va a dejar
nada bueno, piénsenlo dos veces…
Hace ya algunos años, en mi grupo de 2° de secundaria había
un morro que se la pasaba molestando a los más pequeños, yo no era tan pequeño
pero igual me molestaba, una vez me desesperó tanto que lo reventé, le di un
par de golpes en la cara y lo tiré, el morro se espantó tanto que después de
eso, no volvió a quererme molestar, desafortunadamente para él, se convirtió en
la victima del naciente bully.
Pasamos al último año de secundaria, bueno casi todos porque
el morro en cuestión reprobó el año y sus papás lo dejaron en la misma escuela…
mala idea padres, ustedes mismos provocan el bullying contra sus hijos; como
sea, una vez que íbamos bajando al receso, vimos a este morro y la carrilla
empezó, le dijimos de todo, le dimos pamba y todas esas linduras que los pre
adolecentes hacen; para su mala suerte, él estaba con una chica y cómo siempre
pasa cuando hay mujeres involucradas, nosotros nos lucimos más, así fue como
conocí a una de mis mejores y más antiguas amigas: Nadia.
Con el paso del tiempo, Nadia y yo nos hicimos los mejores
amigos, íbamos a jugar basquetbol juntos, iba a su casa y nos pasábamos horas
hablando, salíamos algunos fines de semana, nos contábamos todo lo que nos
pasaba, yo la invitaba a algunas reuniones familiares y ella hacia lo mismo;
recuerdo que todos pensaban que éramos novios porque a veces nos veían tomados
de la mano o abrazados y juntos todo el tiempo.
Mi amiga siempre fue guapa y sigue siendo, nunca tuvo
problemas para tener novios, era muy divertido que sus novios se ponían celosos
porque se pasaba mucho tiempo conmigo, yo sólo me divertía, supongo que ella
hacia lo mismo cuando mi novia de aquel tiempo se ponía muy celosa de ella pero
sin importar los problemas que nos causara, nunca dejamos de vernos.
Cuando ambos nos fuimos a estudiar la universidad, dejamos
de vernos tanto como antes pero igual de vez en cuando nos visitábamos, el
verdadero problema fue cuando mi amiga se mudó, ahí ya nos fue imposible seguir
en contacto y nos distanciamos un poco, ya sólo nos daba tiempo de vernos una o
dos veces al año pero cuando esos encuentros ocurrían, era como si no nos hubiéramos
dejado de ver.
Hemos pasado muchas cosas juntos, algunas muy malas y
tristes en las que sólo estuve yo con ella, otras muy divertidas como una vez
que una patrulla nos quería llevar a la delegación por estar tomando cerveza
afuera de su casa, su mamá tuvo que salir a decirle a los policías que éramos
sus sobrinos, que nos dejara, increíblemente el policía le hizo caso y no nos
molestó más.
Hace unos días, me llegó un mensaje en Facebook, era mi
amiga diciéndome que me había dejado algo en mi casa, al día siguiente, mi
hermano (al que le gusta mucho el gosip), me mandó una imagen de una invitación
para una boda…
Aún no lo puedo creer, pero estoy muy contento,
le escribí y la felicité, le dije lo feliz que estaba por ella y que por
supuesto ahí estaría en uno de los días más importantes de su vida.
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